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Alguna vez comparé en mi mente las tres velocidades en que había recorrido los lugares de mi memoria. Vehículo motorizado, bicicleta y a pie eran los tres puntos de comparación, cada uno con una velocidad distinta, cada uno es una experiencia distinta. Caminar es una experiencia única, quizás por la velocidad que comparte con la experiencia. Caminar inyecta el tiempo indicado para registrarlas a escala humana. Caminar ha acompañado a las humanidades y el pensamiento hasta el día de hoy, cuestión que queda demostrado en las narrativas y diarios de vida de diversos artistas y pensadores y esto no lo planteo buscando alguna comparación. Valga este comentario para defender el párrafo siguiente. Desde pequeño he caminado a través de calles y cerros, paso a paso intentando percibir lo máximo que se pueda. Recuerdo que mi caminar desde muy pequeño lo hice mirando al suelo, sobre todo cuando se trataba de caminar la ciudad ¿Qué había en el suelo que llamaba mi atención?¿qué había en los ...